De VUCA a BANI: cómo cambió nuestra manera de entender el mundo

De VUCA a BANI: cómo cambió nuestra manera de entender el mundo

Vivimos en una época de transformaciones rápidas y profundas. La forma en que interpretamos la realidad, tomamos decisiones y nos adaptamos al cambio ha estado marcada por dos conceptos que surgieron en distintos momentos históricos: VUCA y BANI. Ambos buscan describir la complejidad del mundo, pero desde perspectivas diferentes.

¿Qué era el mundo VUCA?
El término VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity) fue utilizado tras la Guerra Fría y se popularizó en los años 90 para describir un mundo:

  • Volátil, con cambios constantes y a gran velocidad.
  • Incierto, donde el futuro era difícil de prever.
  • Complejo, lleno de variables interconectadas.
  • Ambiguo, en el que no siempre existía una única interpretación de la realidad.

VUCA nos enseñó a pensar en la adaptabilidad, la estrategia y la capacidad de análisis como herramientas esenciales para navegar en un entorno incierto.

El paso a un mundo BANI
Hoy ya no basta con hablar de volatilidad o ambigüedad. El mundo que habitamos se ha vuelto más frágil y emocionalmente desafiante. De ahí surge el término BANI (Brittle, Anxious, Nonlinear, Incomprehensible):

  • Frágil (Brittle): sistemas que parecen sólidos pero colapsan con facilidad.
  • Ansioso (Anxious): la incertidumbre provoca estrés constante.
  • No lineal (Nonlinear): pequeños cambios generan grandes consecuencias.
  • Incomprensible (Incomprehensible): no siempre hay una explicación clara o lógica para lo que ocurre.

El mundo BANI no solo exige análisis racional, sino también resiliencia emocional y flexibilidad mental.

¿Qué nos revela este cambio?
La transición de VUCA a BANI refleja que la complejidad no solo es técnica, sino también humana. Ya no se trata únicamente de interpretar datos, sino de cómo los individuos y las organizaciones sienten, reaccionan y se adaptan a escenarios cada vez más inciertos.

Este cambio nos invita a reconocer que las emociones, la creatividad y el bienestar no son factores secundarios, sino claves para sobrevivir y prosperar.

Conclusión
Pasamos de un mundo donde lo esencial era prever y analizar, a otro donde necesitamos contener, adaptarnos y aprender a convivir con la incertidumbre. Reconocer esta evolución es el primer paso para diseñar entornos —personales, sociales y físicos— que nos ayuden a responder mejor a los desafíos actuales.

Si sientes que el mundo se mueve demasiado rápido, empieza por lo que está más cerca de ti: tu casa, tu espacio, tu refugio.

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